Vía El Mercurio.

El año 2015 marcó un nuevo hito para las energías renovables en el mundo: su inversión marcó un récord. Fueron 286 mil millones de dólares que significaron un aumento de 5% respecto de 2014 y más de seis veces lo que se invirtió en 2004.

Las conclusiones del 10° Informe sobre Tendencias de Inversión en Energías Renovables -realizado por el Centro de Colaboración para el Financiamiento del Clima y la Energía Sostenible del Frankfurt School y la UNEP (el programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas) y Bloomberg New Energy Finance- son alentadoras, pero no para detenerse. Falta mucho.

“Estos resultados aumentan nuestra confianza en que un mundo con bajas emisiones es alcanzable y que estamos en el camino correcto para lograr nuestros objetivos, incluyendo los establecidos por las metas de desarrollo sustentable”, declaró un optimista Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas durante la presentación del informe. Pero también es cauto: “La energía renovable y sustentable está creciendo, pero no lo suficientemente rápido para alcanzar las proyecciones de la demanda”.

Es que si bien la inversión aumentó, y por primera vez los países en vías de desarrollo sobrepasaron los esfuerzos de los desarrollados, la meta sigue estando demasiado lejos.

Hoy se estima que la capacidad instalada en el mundo en energías renovables permite ahorrar la emisión de 1,5 gigatoneladas de contaminantes, pero si se quiere que el aumento de la temperatura del planeta no supere los 2° C, ese recorte tendría que aumentar a 10 gigatoneladas. Una tarea titánica.

“Por eso es tan importante que todo el mundo haga la transición de una energía producida a partir de combustibles fósiles a la obtenida de fuentes de energía renovables, especialmente si se considera que los países desarrollados ya son bastante eficientes energéticamente”, explica José Cardemil, investigador del Centro de Energía y Desarrollo Sustentable de la Universidad Diego Portales. En las naciones en vías de desarrollo es donde está el gran potencial de expansión.

De ahí que el informe destaque con fervor la delantera que está tomando China, acompañado de India y Brasil, en esta carrera contra el tiempo. Fue el país que más fondos destinó y que significaron el 36% del total del aumento global. Una cifra que no solo refleja la necesidad de reducir emisiones, dicen los especialistas, sino que también del deseo del gigante asiático de liderar estas tecnologías.

“Mantener nuestro estilo de vida actual, con el consumo energético que implica, sería muy caro”, dice el especialista. Por eso no solo lo ambiental es un promotor de este cambio.

Progreso local

No solo los esfuerzos de China fueron destacados en el informe, Chile también resaltó al ser el país con la mayor inversión en Latinoamérica. Con 141% de aumento en nuevas inversiones respecto al año anterior, también lo posicionó entre los diez países que más dinero dispusieron para este efecto.

“Hasta ahora éramos considerados pobres en estas energías, pero por primera vez las estamos aprovechando. Somos ricos en ellas”, opina Raúl O’Ryan, director del Centro UAI-EARTH, de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Proyecciones hechas en Chile hace un par de años indicaban que para 2030 el 43% del potencial de energía instalada en el país iba a ser de energías renovables, esto sin considerar ningún tipo de incentivo. Pero hoy, explica el académico, el escenario es distinto. Con la nueva política energética ese porcentaje deberá subir a 60% en 2035 y a 70% para 2050. “Por ello las inversiones se deben realizar ahora. El país seguirá desarrollándose y por ende aumentando sus emisiones, y es eso lo que se debe considerar para lograr cumplir estas metas”, asegura.

Chile tiene un gran potencial de energía solar, dice Claudio Tenreiro, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Talca. “Solo el del Maule es comparable con el potencial español, y hacia el norte es mucho más. El problema es que las empresas han sido tímidas”, opina.

Pero hay muchos otros factores a considerar. Si bien cuando se habla de energía lo primero que se viene a la mente es la generación eléctrica, se tiene que tomar en cuenta que solo el 25% de la energía total que mueve al país es de ese tipo, el resto tiene que ver con el calor y el transporte, dice José Cardemil. Por eso si se piensa en emisiones, no se trata solo de paneles solares o turbinas eólicas.

“Únicamente pensando en la agroindustria hay muchos otros factores que considerar”, agrega Claudio Tenreiro. Reducir la huella de carbono se debe plantear como un todo, incluso que los desechos que se produzcan se utilicen como biomasa, y que luego se obtenga un subproducto de las cenizas, por ejemplo.

Pero también, agrega el especialista, hay que pensar en toda la vida productiva de las energías renovables. “Hay que considerar, por ejemplo, si estamos preparados para deshacernos de los molinos eólicos una vez que terminen su vida útil”, dice.

El beneficio que traerá un planeta impulsado por energías renovables será enorme, pero advierte que hay un costo social en el camino y este debe ser considerado caso a caso.

5% -> aumentó la inversión del planeta en energías renovables

12% -> aumentó la inversión mundial en energía solar

4% -> creció la energía eólica en el planeta

55% -> de los fondos mundiales fueron puestos por países en vías de desarrollo

17% -> aumentó la inversión de China, equivalente a un tercio del total mundial

141% -> fue el porcentaje en que Chile aumentó su inversión

Cifras de aumento entre los años 2014 y 2015 del 10° Informe sobre Tendencias de Inversión en Energías Renovables( El Mercurio )